Anticorrosión VCI

Cómo funciona el VCI (Vapores inhibidores de la corrosión)

Envases, embalajes, bolsas, cubre palets, etc…
Los embalajes anti-corrosión son muy utilizados en estos últimos tiempos debido a que han alcanzado rendimientos excelentes a unos precios relativamente económicos. Sus aplicaciones en el sector de la automoción y en otros para la protección del metal antes de pintar o para el transporte ha hecho desarrollar mucho el mercado de los embalajes que llevan este aditivo.
El aditivo VCI puede incorporarse a productos de embalaje como plásticos PE baja densidad en bolsas o como lámina, a film estirable o papel y también puede usarse en hilos, bolsas para contenedores o polvo para mezclar agua.
El resultado es espectacular ya que se evita totalmente la corrosión de los metales. Pero poco sabemos de cómo funciona. A continuación explicamos algunos datos que nos ayudarán a comprender el funcionamiento de este aditivo VCI.

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Anti-corrosión en acción.
Los VCI, por regla general y para su manejo, son materiales sólidos pero como medio de aplicación en las piezas metálicas se emplea en estado volátil. Estos vapores protectores se esparcen dentro de un espacio cerrado hasta llegar al punto de saturación equilibrado por medio de la presión parcial del vapor. El proceso inhibidor de corrosión empieza cuando los vapores están en contacto con las superficies del metal y se condensan para formar una película de micro cristales. Con la presencia, incluso mínima, de humedad en el aire dichos cristales se disuelven y desarrollan una actividad iónica fuerte con los metales.
El resultado de esta actividad es la formación de una película molecular que impide el contacto entre el metal y los electrolitos. Esta película invisible no afecta de ninguna manera importante las propiedades del metal incluso en aplicaciones electrónicas muy precisas donde propiedades como la conductividad o las dimensiones de tolerancia son vitales y donde cualquier desviación podría causar mal funcionamiento. Los vapores emigran a las superficies metálicas distantes dentro del espacio cerrado y por lo tanto son capaces de proteger sin contacto directo. Solo es necesario colocar el VCI cerca de las zonas que requieren protección. Hasta llegar al punto equilibrado de saturación este proceso continúa fijándose por la presión vaporosa parcial del componente.
Una presión demasiado alta hará que el inhibidor se evapore a tal velocidad que una concentración protectora no podrá mantenerse. Si por el otro lado se utilice una presión vaporosa baja no se consumirá tan rápidamente el inhibidor y de esta manera se puede asegurar una protección más duradera siempre que se dé el tiempo necesario para conseguir el punto de saturación. Este factor puede aumentar el riesgo de corrosión durante la fase inicial de saturación y si el espacio no está cerrado herméticamente tal vez no se consiga nunca el nivel de concentración requerida.

Selección de VCI
Una selección correcta de los componentes volátiles permite una vaporización controlada y de confianza. Temperaturas más altas tienden a aumentar la tendencia corrosiva del metal. La velocidad de evaporado del VCI actúa de un modo similar con la temperatura así que más material inhibidor se evapora en condiciones de temperaturas más altas. De esta manera el VCI se auto regula según la agresividad del medio en que se encuentra y en condiciones muy diversas.

El desarrollo de los VCI
Los inhibidores de corrosión volátiles se desarrollaron originalmente para proteger metales ferrosos en los trópicos, una táctica que muy pronto se descartó por las limitaciones a causa de la incompatibilidad con metales no ferrosos. Últimamente se han conseguido buenos resultados mediante la síntesis de componentes que permiten una protección satisfactoria en general – protegen la mayoría de metales tanto ferrosos como no ferrosos y sus aleaciones.
Las investigaciones en el comportamiento de la electroquímica demuestran que estos componentes pertenecen a una familia de inhibidores mixtos o “ambióticos” capaces de retardar tanto los procesos catódicos como anódicos de corrosión. Los ingredientes activos en los VCI son normalmente productos de la reacción entre aminoácidos volátiles y sus derivados y ácidos orgánicos. El producto final, como resultado de dichas reacciones – los “aminocarboxilatos” son los más comunes en la preparación de VCI. Ciclohexilamina, diciclohexilamina, guanidina, amino alcoholes y otros sales amínicos primarios, secundarios y terciarios representan la naturaleza química del VCI. Los componentes VCI, aunque ionizados en agua, sufren un proceso de hidrólisis significativo que es relativamente independiente de los niveles de concentración. Esta independencia contribuye a la estabilidad del film bajo diversas condiciones.
La película de VCI disuelta en la superficie del metal repele las moléculas de agua. Dicha película también crea una barrera difusiva contra el oxígeno, reduciendo la concentración de este gas y como consecuencia reduce la reacción catódica. Una fuerte inhibición de la reacción anódica resulta de los dos centros absorbentes “receptor – donante” del inhibidor que forman una unión entre el metal y el inhibidor. Estos compuestos cambian el estado energético de la superficie metálica llevando rápidamente a la pacificación de la tendencia del metal a ionizarse y a disolver. Además de prevenir contra el ataque corrosivo en general de los metales ferrosos y no ferrosos, los VCI mixtos se han demostrado eficaces también a la hora de prevenir la corrosión galvánica en metales aleados, el “pitting” y en algunos casos el quebrado por hidrógeno.

fuente: ABC-PACK

Responsabilidad

VALORES QUE NO HAY QUE OLVIDAR VI Responsabilidad

Todos comprendemos la irresponsabilidad cuando alguien no cumple lo que promete ¿Pero sabemos nosotros vivirla?
La responsabilidad (o la irresponsabilidad) es fácil de detectar en la vida diaria, especialmente en su faceta negativa: la vemos en el plomero que no hizo correctamente su trabajo, en el carpintero que no llegó a pintar las puertas en el día que se había comprometido, en el joven que tiene bajas calificaciones, en el arquitecto que no ha cumplido con el plan de construcción para un nuevo proyecto, y en casos más graves en un funcionario público que no ha hecho lo que prometió o que utiliza los recursos públicos para sus propios intereses.

Sin embargo plantearse qué es la responsabilidad no es algo tan sencillo. Un elemento indispensable dentro de la responsabilidad es el cumplir un deber. La responsabilidad es una obligación, ya sea moral o incluso legal de cumplir con lo que se ha comprometido.

La responsabilidad tiene un efecto directo en otro concepto fundamental: la confianza. Confiamos en aquellas personas que son responsables. Ponemos nuestra fe y lealtad en aquellos que de manera estable cumplen lo que han prometido.

La responsabilidad es un signo de madurez, pues el cumplir una obligación de cualquier tipo no es generalmente algo agradable, pues implica esfuerzo. En el caso del plomero, tiene que tomarse la molestia de hacer bien su trabajo. El carpintero tiene que dejar de hacer aquella ocupación o gusto para ir a la casa de alguien a terminar un encargo laboral. La responsabilidad puede parecer una carga, y el no cumplir con lo prometido origina consecuencias.

¿Por qué es un valor la responsabilidad? Porque gracias a ella, podemos convivir pacíficamente en sociedad, ya sea en el plano familiar, amistoso, profesional o personal.

Cuando alguien cae en la irresponsabilidad, fácilmente podemos dejar de confiar en la persona. En el plano personal, aquel marido que durante una convención decide pasarse un rato con una mujer que recién conoció y la esposa se entera, la confianza quedará deshecha, porque el esposo no tuvo la capacidad de cumplir su promesa de fidelidad. Y es que es fácil caer en la tentación del capricho y del bienestar inmediato. El esposo puede preferir el gozo inmediato de una conquista, y olvidarse de que a largo plazo, su matrimonio es más importante.

El origen de la irresponsabilidad se da en la falta de prioridades correctamente ordenadas. Por ejemplo, el carpintero no fue a pintar la puerta porque llegó su “compadre” y decidieron tomarse unas cervezas en lugar de ir a cumplir el compromiso de pintar una puerta. El carpintero tiene mal ordenadas sus prioridades, pues tomarse una cerveza es algo sin importancia que bien puede esperar, pero este hombre (y tal vez su familia), depende de su trabajo.

La responsabilidad debe ser algo estable. Todos podemos tolerar la irresponsabilidad de alguien ocasionalmente. Todos podemos caer fácilmente alguna vez en la irresponsabilidad. Empero, no todos toleraremos la irresponsabilidad de alguien durante mucho tiempo. La confianza en una persona en cualquier tipo de relación (laboral, familiar o amistosa) es fundamental, pues es una correspondencia de deberes. Es decir, yo cumplo porque la otra persona cumple.

El costo de la irresponsabilidad es muy alto. Para el carpintero significa perder el trabajo, para el marido que quiso pasarse un buen rato puede ser la separación definitiva de su esposa, para el gobernante que usó mal los recursos públicos puede ser la cárcel.

La responsabilidad es un valor, porque gracias a ella podemos convivir en sociedad de una manera pacífica y equitativa. La responsabilidad en su nivel más elemental es cumplir con lo que se ha comprometido, o la ley hará que se cumpla. Pero hay una responsabilidad mucho más sutil (y difícil de vivir), que es la del plano moral.

Si le prestamos a un amigo un libro y no lo devuelve, o si una persona nos deja plantada esperándole, entonces perdemos la fe y la confianza en ella. La pérdida de la confianza termina con las relaciones de cualquier tipo: el chico que a pesar de sus múltiples promesas sigue obteniendo malas notas en la escuela, el marido que ha prometido no volver a emborracharse, el novio que sigue coqueteando con otras chicas o el amigo que suele dejarnos plantados. Todas esta conductas terminarán, tarde o temprano y dependiendo de nuestra propia tolerancia hacia la irresponsabilidad, con la relación.

Ser responsable es asumir las consecuencias de nuestra acciones y decisiones. Ser responsable también es tratar de que todos nuestros actos sean realizados de acuerdo con una noción de justicia y de cumplimiento del deber en todos los sentidos.

Los valores son los cimientos de nuestra convivencia social y personal. La responsabilidad es un valor, porque de ella depende la estabilidad de nuestras relaciones. La responsabilidad vale, porque es difícil de alcanzar.

¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra responsabilidad?

El primer paso es percatarnos de que todo cuanto hagamos, todo compromiso, tiene una consecuencia que depende de nosotros mismos. Nosotros somos quienes decidimos.

El segundo paso es lograr de manera estable, habitual, que nuestros actos correspondan a nuestras promesas. Si prometemos “hacer lo correcto” y no lo hacemos, entonces no hay responsabilidad.

El tercer paso es educar a quienes están a nuestro alrrededor para que sean responsables. La actitud más sencilla es dejar pasar las cosas: olvidarse del carpintero y conseguir otro, hacer yo mismo el trabajo de plomería, despedir al empleado, romper la relación afectiva. Pero este camino fácil tiene su propio nivel de responsabilidad, porque entonces nosotros mismos estamos siendo irresponsables al tomar el camino más ligero. ¿Qué bien le hemos hecho al carpintero al despedirlo? ¿Realmente romper con la relación era la mejor solución? Incluso podría parecer que es “lo justo” y que estamos haciendo “lo correcto”. Sin embargo, hacer eso es caer en la irresponsabilidad de no cumplir nuestro deber y ser iguales al carpintero, al gobernante que hizo mal las cosas o al marido infiel. ¿Y cual es ese deber? La responsabilidad de corregir.

El camino más difícil, pero que a la larga es el mejor, es el educar al irresponsable. ¿No vino el carpintero? Entonces, a ir por él y hacer lo que sea necesario para asegurarnos de que cumplirá el trabajo. ¿Y el plomero? Hacer que repare sin costo el desperfecto que no arregló desde la primera vez. ¿Y con la pareja infiel? Hacerle ver la importancia de lo que ha hecho, y todo lo que depende de la relación. ¿Y con el gobernante que no hizo lo que debía? Utilizar los medios de protesta que confiera la ley para que esa persona responda por sus actos.

Vivir la responsabilidad no es algo cómodo, como tampoco lo es el corregir a un irresponsable. Sin embargo, nuestro deber es asegurarnos de que todos podemos convivir armónicamente y hacer lo que esté a nuestro alcance para lograrlo.

¿Qué no es fácil? Si todos hiciéramos un pequeño esfuerzo en vivir y corregir la responsabilidad, nuestra sociedad, nuestros países y nuestro mundo serían diferentes.

Sí, es difícil, pero vale la pena.

Lealtad

Valores que no hay que olvidar V

Conoce este valor sin el cual nos quedamos solos y que debemos vivir nosotros antes que nadie.
Probablemente nadie entienda mejor la lealtad que aquel a quien le han traicionado alguna vez.

Todos esperamos la lealtad de los demás. A nadie le gusta ser traicionado, o saber que un amigo habló mal de nosotros. Por supuesto que nos parece terrible cuando, tras muchos años de trabajar en un empresa, somos despedidos sin pensar en todos los años que le invertimos. Detectar la lealtad (o deselaltad) en los demás es fácil, pero ¿Cómo estoy viviendo yo la lealtad? ¿Realmente sé qué es? ¿Qué esperan los demás de mí?

La lealtad es un corresponder, una obligación que se tiene al haber obtenido algo provechoso. Es un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos. Por eso el concepto de la lealtad se da en temas como la Patria, el trabajo, la familia o la amistad. Cuando algo o alguien nos ha dado algo bueno, le debemos mucho más que agradecimiento.

La lealtad es un valor, pues quien es traidor se queda solo. Debemos ser leales con aquello que nos ha ayudado: un amigo que nos defendió, un país que nos acoge como patria, una empresa que nos da trabajo. La lealtad es defender a quien nos ha ayudado, «sacar la cara».

Cuando somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a su etapa más profunda. Todos podemos tener un amigo superficial, o trabajar en un sitio simplemente porque nos pagan. Sin embargo la lealtad implica un compromiso que va más hondo: es el estar con un amigo en las buenas y en las malas, es el trabajar no solo porque nos pagan, sino porque tenemos un compromiso más profunda con la empresa en donde trabajamos, y con la sociedad misma.

La lealtad es una llave que nos permite tener auténtico éxito cuando nos relacionamos. La lealtad es un valor que no es fácil de encontrar. Es, por supuesto, más común aquella persona que al saber que puede obtener algo de nosotros se nos acerque y cuando dejamos de serle útil nos abandona sin más. Es frecuente saber que alguien frecuenta un grupo contrario porque le da más beneficios. Y lo que acaba ocurriendo es que nadie confía en ese tipo de personas.

Podemos ver como actitudes desleales:
– Las críticas que se hacen de las personas, haciendo hincapié en sus defectos, lo limitado de sus cualidades o lo mal que hacen su trabajo.
– Hablar mal de nuestros jefes, maestros o de las instituciones que representan.
– Divulgar las confidencias que se nos han hecho.
– Quejarnos del modo de ser de alguien y no ayudarlo para que se supere.
– Dejar una amistad por razones injustificadas y de poca trascendencia, como el modo de hablar, vestir o conducirse en público.
– El poco esfuerzo que se pone al hacer un trabajo o terminarlo.
– Cobrar más del precio pactado

Como vemos, la Lealtad se relaciona estrechamente con otro Valores como la Amistad, el Respeto, la Responsabilidad y la Honestidad entre otras.

No basta contradecir las actitudes desleales para ser Leal, es necesario detenernos a considerar algunos puntos:

lealtad

– En toda relación se adquiere un deber respecto a las personas. Como la confianza y el respeto que debe haber entre padres e hijos, la empresa con los empleados, entre los amigos, los alumnos hacia su escuela…

– Es necesario reconocer los valores que representan las instituciones o aquellos que promueven las personas con sus ideas y actitudes. Nunca será buena idea que una persona que se preocupa por vivir los valores, trabaje en un lugar donde se hacen fraudes o impera la corrupción.

– Se deben buscar y conocer los valores permanentes para cualquier situación, de otra forma se es «leal» mientras se comparten las mismas ideas. La persona que convive en un ambiente de diversión malsana y excesos, pronto se alejará y comenzará a hablar mal de aquellos que dejaron de participar de sus actividades.

– La Lealtad no es consecuencia de un sentimiento afectivo, es el resultado de una deliberación mental para elegir lo que es correcto. El mentir para encubrir las faltas de un amigo (en la casa, el trabajo o la escuela) no nos hace leales, sino cómplices.

– Si se coloca como valor fundamental el alcance de objetivos, se pierde el sentido de cooperación. La persona que participa de una actividad sólo por el éxito que se tiene, fácilmente abandona la empresa porque las cosas no salen bien o simplemente deja de obtener los beneficios a que estaba acostumbrado.

– Lo importante es vivir los valores por lo que representan, no por las personas que en algún momento dictan una norma. Todo trabajo se debe hacer bien, no por «quedar bien» con el jefe.

Con todo lo anterior veremos que aún sin darnos cuenta, las relaciones que hemos sabido mantener se deben en gran medida a la vivencia del valor de la Lealtad. No basta conocer los valores, es necesario darlos a conocer y reforzarlos para lograr un cambio de actitud, al hacerlo, logramos madurar la amistad y fortalecer el afecto.

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Plástico corrugado

Las cajas de plástico corrugado son la evolución de las cajas de cartón, ya que cuentan con muchas características esenciales que hoy en día son claves para el movimiento interno o externo de una gama de diferentes productos que requieren protecciones especiales, extra o específicas. Además cumplen con requisitos que hoy por hoy las empresas de clase mundial requieren como:
• Adaptables a los aditivos de protección como: Antiestáticos, UV, Retardante a Flama, etc.
• Moldeables con separadores sellados (permanentes) o libres.
• Son libres de generar polvo.
• Son impermeables.
• Pueden ser retornables.
• Son muy Durables y Resistentes al peso.
• Pueden ser estibables según sus necesidades. (Ahorro de espacio)
• Son 100% Reciclables.

pl corr

Esto para cumplir el objetivo principal el cual es que su producto permanezca en perfectas condiciones. Además está comprobado que en un término de tiempo medio se perciben ahorros muy significativos en costos como los operativos, logísticos, de calidad, etc.
Se pueden encontrar en diferentes calibres y características que se adapten a sus necesidades

Cajas de Plástico Corrugado Estibables

plastico corrugado

Es una opción que les brindamos a los clientes en el cual a las cajas de plástico corrugado, se les puede agregar esquineros para que obtengan la función de estibar una caja con otra en la parte superior y lograr un ahorro de espacio en: transportación, movimiento interno, en almacén, en líneas de producción y/o en planta general.
Por lo general lo recomendamos ampliamente ya que son de mucha utilidad el agregar este tipo de aditamentos, además de que su costo es mínimo.

Con Inserto de Foam Natural ó Antiestático
Actualmente es utilizado para obtener un molde semirrígido y muy exacto en el cual los productos se inserten y queden asegurados de cualquier movimiento, además de a su vez protegerlos de impactos en caídas, traslados externos o internos.
El foam puede ser fabricado en varias densidades, de acuerdo a las especificaciones requeridas por el cliente o podemos hacer un estudio para determinarlo según el peso, la forma física del producto, el tipo de material y sus acabados.
El foam puede ser Natural el cual es muy adaptable a cualquier rama de las industrias o puede ser Antiestático para la rama electrónica, telecomunicaciones, aeronáutica, etc.

Con Inserto de Espuma (Poliuretano) Natural o Antiestático

p corrugado

Actualmente es utilizado para obtener un molde suave y muy exacto en el cual los productos se inserten y queden asegurados para protegerlos de impactos en caídas, traslados externos o internos. Las principales diferencias que tiene con respecto al Foam, pudieran ser las siguientes:
POSITIVAS
• Mayor Flexibilidad
• Mejores dimensiones.
• Más Económico
NEGATIVAS
• Genera Polvo.
• Se desgasta muy fácilmente con el uso.
• Tiempo de vida corto.
• Menor protección en impactos fuertes.
La espuma puede ser fabricada en varias densidades, colores y características, de acuerdo a las especificaciones requeridas por el cliente.

Con Inserto semirrígido pero suave al tacto
Cajas de plástico corrugado con Inserto de Cross Linked Actualmente es utilizado para obtener un molde semirrígido pero de textura suave en el cual los productos se inserten y queden asegurados para protegerlos de impactos en caídas, traslados externos o internos. Las principales diferencias que tiene con respecto al Foam y la Espuma, pudieran ser las siguientes:
POSITIVAS
• No genera polvo ( vs Espuma)
• Es textura suave y rígida al mismo tiempo
• Mayor protección contra caídas
• Reducción de marcas generadas por la fricción. (Especial para productos de acabados plásticos muy delicados o de pintura acabado espejo).
NEGATIVAS
• Costos elevados.

Aunado a esta rama del empaque encontramos también productos de plástico que funcionan como retornables, bajando los costos significativamente

empaque retornable

Con diferentes dimensiones, densidades y aplicaciones seguro encontramos lo que mejor se adapte a sus requerimientos.

Gaylords

Son una tendencia básicamente reciente en la utilización de cajas que ha provocado que la industria los adopten.
Conocidos como Gaylords son muy utiles para contener o transportar grandes cantidades de productos a granel.

Son fabricados forma diferente a las caja cajas tradicionales. Estas cajas se construyen para el almacenamiento. Si tienes varios productos que no se ajusten perfectamente en una carga apilable y modular, estas cajas son el complemento perfecto. Están diseñados para soportar hasta 800 kilos y funcionan perfectamente cuando se transportan grandes cargamentos. Están hechas de cartón corrugado que es de pared doble o triple para aumentar la resistencia. Algunos tienen aletas en la parte inferior del cuerpo principal para fijar a la base mientras que otras tienen una base separada (similar a la tapa) y un manga para las paredes laterales. Los diferentes tipos de cajas Gaylord también vienen con una tapa opcional para sellar completamente.

Diversas industrias pueden utilizar este producto para las piezas sueltas, pequeños contenedores, materiales granulares, polvos, preformas, líquidos y a veces, para recolectar y enviar materiales o residuos para su reciclaje.

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Las cajas de este tipo son extremadamente durables y su construcción las hace más duraderas que las cajas tradicionales de cartón corrugado. Reducen el tiempo de manejo, desalientan el robo, y disminuyen el riesgo de daños o pérdidas durante el almacenamiento y el transporte.

Tetra Pak

Solo por conocer

«Al visitar los supermercados se pueden observar varias clases diferentes de envases en las góndolas, pero ¿qué envase debemos elegir si somos consumidores responsables con el medio ambiente? Ayuda saber qué es exactamente lo que estamos comprando. A continuación podrá ver de qué se componen los envases Tetra Pak.
Material de envase

1. Cartón
El ingrediente principal de todos nuestros envases es el cartón y utilizamos la cantidad justa para obtener envases estables sin agregar peso innecesario. Es un material renovable proveniente de la madera.

2. Polietileno
Con el fin de sellar, evitar que se viertan los líquidos y protegerlos de la humedad externa, se agregan capas delgadas de polietileno, un plástico de uso habitual.

3. Aluminio
Los envases diseñados para conservar alimentos sin refrigeración contienen, a su vez, una capa delgada de aluminio. Esto protege a los productos del oxígeno, los sabores y la luz .

¿Alguna vez se preguntaron…
si es posible reciclar el material laminado de los envases Tetra Pak? ¡La respuesta es sí! Los envases se pueden repulpear en una fábrica de reciclado de papel. Cuando son embebidos en agua, las fibras de la madera se separan del plástico y del aluminio, de esta forma cada material por separado se puede utilizar para fabricar nuevos productos.

fuente: Tetra Pak www.tetrapak.com

Ecología

VALORES QUE NO HAY QUE OLVIDAR IV

ECOLOGIA
El valor que encuentra en la protección del medio ambiente una forma de servir a los demás.

Es el valor que nos hace considerar y actuar en favor de la protección del medio ambiente, los recursos naturales y toda forma de vida, incluyendo la propia.

Pensar en la naturaleza y la cultura ecológica tan de moda en estos tiempos, nos ubica en una situación un tanto incierta. Por una parte, vienen a nuestra mente los grupos “verdes” con iniciativas de todo tipo: la protección de las especies, el medio ambiente y los recursos naturales, donde son muchos los que participan y se comprometen, pero adquieren un matiz de exageración a los ojos de los demás: para la inmensa mayoría de las personas, luchar por la protección de las ballenas tiene poco sentido, sobre todo si en el lugar donde vive se encuentra alejado del mar.

Al mismo tiempo surge la pregunta: ¿Qué tengo que ver yo con la ecología? Pese a las campañas y la abundancia de carteles, ese sentido de la distancia y no pertenencia a un medio ambiente determinado, nos hace seguir inmersos en nuestras ocupaciones, sin darnos el tiempo necesario para pensar seriamente en la importancia de vivir este valor tan necesario en nuestros días.

Para despertar en nosotros una conciencia ecológica, hace falta reflexionar profundamente sobre el sentido que tiene toda forma de vida para nosotros, y en primer instancia, la nuestra.

Los cuidados que requiere nuestra persona son bastante conocidos: adecuada alimentación, el debido descanso, hacer un poco de ejercicio, prevenir las enfermedades y tratarlas oportunamente, trasnochar lo menos posible, alejarse de los vicios, trabajar con orden, etc., sin embargo, el descuido voluntario de estos y otros aspectos igualmente importantes, necesariamente afecta nuestra salud, por eso, es imposible pensar en preocuparse de lo que ocurre en el exterior, cuando somos incapaces de cuidarnos a nosotros mismos.

Si además del descuido personal, agregamos una falta de voluntad para realizar acciones concretas, podemos formarnos una idea más clara de nuestra conducta. Por ejemplo, no es raro que el “clasificar la basura” nos provoque cierta pereza, sobre todo si ya existe quien lo haga. Recoger envolturas, papeles y residuos de comida para depositarlos en su lugar o limpiar líquidos derramados, deberían ser actitudes que reflejen nuestros hábitos y costumbres .

Ahora podemos darnos cuenta, que el cuidado de nuestra persona y mejorar cualitativamente nuestros hábitos, nos llevará a conservar nuestro entorno inmediato en óptimas condiciones, y de esta manera, comprender en toda su extensión las grandes y pequeñas iniciativas ecológicas.

Para muchos, es inexplicable la preocupación de algunas personas por su medio geográfico, calificando de exagerado el reporte del noticiero sobre la gravedad de un incendio, un derrame de petróleo en el mar o la contaminación de un río, pero es difícil juzgar y comprender esta situación si vivimos en otro espacio. Para quienes su vida se desarrolla y depende del mar, el bosque, el río o el campo, constituye un centro vital para su existencia, por eso lo considera como propio y parte de su responsabilidad.

Tal vez esa es la clave y fundamento de este valor: considerar como propio todo lo que nos rodea. Así como tenemos especial cuidado por conservar nuestro hogar limpio, de igual manera deberíamos hacerlo en la calle, la oficina, los lugares de esparcimiento… tomando las precauciones y medidas necesarias para cada caso, en vez de quejarnos del deficiente servicio público de limpieza o la falta de conciencia de los conciudadanos. Una vez más, nuestro ejemplo constituye el punto fundamental para la transmisión de los valores.

¿Cuál es el resultado de la conciencia de este valor? Primeramente la solidaridad que debemos a nuestros semejantes, tal vez no está en nuestras posibilidad acudir al sitio de una catástrofe, pero si podemos contribuir en la protección de nuestra comunidad; paralelamente surge el respeto por las personas y la naturaleza, que son inseparables y dependientes entre sí. Dicho de otra forma, representa el compromiso personal por servir a los demás, procurando espacios limpios que faciliten un modo de vida digno para todos.

Para vivir este valor desde tu situación personal y de acuerdo a tus posibilidades, puedes comenzar por:

– Cuida tu salud prudentemente y sin caer en exageraciones. Tan delicada es una dieta rigurosa, como el exceso en la comida, por ejemplo.

– Refuerza tus hábitos personales de orden y limpieza, en tu hogar, oficina, lugares que frecuentas y hasta en las calles. No es lo mismo arrojar un papel y que caiga a un lado del cesto, que depositarlo dentro.

– Respeta las normas de cuidado ambiental de todo lugar (área de fumadores, depositar basura, no dar alimento a los animales del zoológico, no encender fuego, etc.).

– Acostúmbrate a reportar las deficiencias del servicio público de limpieza y las anomalías que surgen por la falta de conciencia de personas, empresas o instituciones.

– Infórmate sobre los aspectos fundamentales de la cultura ecológica, aplicando lo que haga falta en tu hogar y comunidad. Seguramente encontrarás a otras personas que apoyen tus iniciativas.

– Promueve alguna campaña ecológica sencilla en la escuela de tus hijos. Si eres estudiante, con mayor razón.

– Reflexiona en esta idea: Mi entorno va más allá de las paredes de mi casa, la escuela y la oficina.

Quien vive este valor en la medida de sus posibilidades y con acciones concretas, demuestra un serio compromiso por el bienestar de sus semejantes, con quienes se solidariza para realizar una labor más efectiva, pues su actitud no depende de la moda o el fanatismo, sino por la firme determinación de mejorar el mundo en el que vivimos.

Envase, empaque y embalaje

DIFERENCIA ENTRE ENVASE, EMPAQUE Y EMBALAJE

Envase: Se refiere al recipiente que guarda al producto, protege la mercancía. Es cualquier recipiente, lata, caja o envoltura propia para contener alguna materia o producto. Contiene al producto en su presentación individual.

Empaque: Tiene como objetivo primordial el proteger al producto, el envase o ambos, así como ser promotor del artículo dentro del canal de distribución. Es un complemento externo que puede agrupar varias muestras de envases, su función es resguardar el producto en cantidades que simplifiquen su distribución, almacenamiento e inventario.

Embalaje: Son todos los materiales, procedimientos y métodos que sirven para acondicionar, presentar, manipular, almacenar, conservar y transportar una mercancía. Debe satisfacer tres requisitos: ser resistente, proteger y conservar al producto. Además de informar sobre sus condiciones de manejo, requisitos legales, composición, ingredientes, etc. Se utiliza con el fin de integrar cantidades uniformes del producto.

A que me refiero con esto, hay productos que se venden en botella (envase), para su transportación se mandan en cajas (empaque) y al momento de mandarlos se ponen sobre una tarima con 4 o 5 camas (embalaje).

Optimismo

Valores que no hay que olvidar III

El optimismo es el valor que nos ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo positivo que tienen las personas y las circunstancias, confiando en nuestras capacidades y posibilidades junto con la ayuda que podemos recibir.

La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y su contraparte –el pesimismo- radica en el enfoque con que se aprecian las cosas: empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desánimo. El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y posibilidades; la diferencia es mínima, pero tan significativa que nos invita a cambiar de una vez por todas nuestra actitud.

Alcanzar el éxito no siempre es la consecuencia lógica del optimismo, por mucho esfuerzo, empeño y sacrificio que pongamos, algunas veces las cosas no resultan como deseábamos. El optimismo es una actitud permanente de “recomenzar”, de volver al análisis y al estudio de las situaciones para comprender mejor la naturaleza de las fallas, errores y contratiempos, sólo así estaremos en condiciones de superarnos y de lograr nuestras metas. Si las cosas no fallaran o nunca nos equivocáramos, no haría falta ser optimistas.

Normalmente la frustración se produce por un fracaso, lo cual supone un pesimismo posterior para actuar en situaciones similares. La realidad es que la mayoría de nuestro tropiezos se dan por falta de cuidado y reflexión. ¿Para qué sirve entonces la experiencia? Para aprender, rectificar y ser más previsores en lo futuro.

El optimista sabe buscar ayuda como una alternativa para mejorar o alcanzar los objetivos que se ha propuesto, es una actitud sencilla y sensata que en nada demerita el esfuerzo personal o la iniciativa. Sería muy soberbio de nuestra parte, pensar que poseemos el conocimiento y los recursos necesarios para salir triunfantes en toda circunstancia.

Cualquiera que ha sido campeón en alguna disciplina, llegó a colocarse en la cima por su esfuerzo, perseverancia y sacrificio, pero pocas veces, o mejor dicho nunca, se hace alusión a su optimismo, a esa entrega apasionada por alcanzar su fin, conservando la confianza en sí mismo y en las personas que colaboraron para su realización. El optimismo refuerza y alienta a la perseverancia

El optimista no es ingenuo ni se deja llevar por ideas prometedoras, procura pensar y considerar detenidamente todas las posibilidades antes de tomar decisiones. Si una persona desea iniciar un negocio propio sin el capital suficiente, sin conocer a fondo el ramo o con una vaga idea de la administración requerida, por muy optimista que sea seguramente fracasará en su empeño, ya que carece de las herramientas y fundamentos esenciales para lograrlo.

En otras circunstancias nos engañamos e inventamos una falsa realidad para hacernos la vida más fácil y cómoda. Basta mencionar al estudiante que se prepara poco y mal antes de sus evaluaciones, esperando obtener la calificación mínima y necesaria para “salir del paso”, sin darse cuenta que su falso optimismo lo llevará –tarde o temprano- al fracaso.

Se podría pensar que el optimismo nada tiene que ver con el resto de las personas, sin embargo, este valor nos hace tener una mejor disposición hacia los demás: cuando conocemos a alguien esperamos una actitud positiva y abierta; en el trabajo, una personalidad emprendedora; en la escuela, profesores y alumnos dedicados. Si nuestras expectativas no se cumplen, lo mejor es pensar que las personas pueden cambiar, aprender y adaptarse con nuestra ayuda. El optimista reconoce el momento adecuado para dar aliento, para motivar, para servir.

En la amistad y en la búsqueda de pareja también es necesario ser optimista. Algunas personas se encierran en sí mismos después de los fracasos y las desilusiones, como si ya no existiera alguien más en quien confiar. El optimismo supone reconocer que cada persona tiene algo bueno, con sus cualidades y aptitudes, pero también sus defectos, los cuales debemos aceptar y buscar la manera de ayudarles a superarlos.

El paso hacia una actitud optimista requiere de una disposición más entusiasta y positiva, es tanto como darle la vuelta a una moneda y ver todo con una apariencia distinta:

– Analiza las cosas a partir de los puntos buenos y positivos, seguramente con esto se solucionarán muchos de los inconvenientes. Curiosamente, no siempre funciona igual a la inversa.

– Haz el esfuerzo por dar sugerencias y soluciones, en vez de hacer críticas o pronunciar quejas.

– Procura descubrir las cualidades y capacidades de los demás, reconociendo el esfuerzo, el interés y la dedicación. Esto es lo más justo y honesto.

– Aprende a ser sencillo y pide ayuda, generalmente otras personas encuentran la solución más rápido.

– No hagas alarde de seguridad en ti mismo tomando decisiones a la ligera, considera todo antes de actuar pues las cosas no se solucionan por sí mismas. De lo contrario es imprudencia, no optimismo.

No es más optimista el que menos ha fracasado, sino quien ha sabido encontrar en la adversidad un estímulo para superarse, fortaleciendo su voluntad y empeño; en los errores y equivocaciones una experiencia positiva de aprendizaje. Todo requiere esfuerzo y el optimismo es la alegre manifestación del mismo, de esta forma, las dificultades y contrariedades dejan de ser una carga, convirtiéndonos en personas productivas y emprendedoras.